Me he dejado consultar por los que no me preguntaban, me he dejado encontrar por los que no me buscaban. Decía: Aquí estoy, aquí estoy, a una nación que no invocaba mi nombre.
Cuando Meribaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, llegó junto a David, se postró en tierra. David dijo: '¡Meribaal!'. Y él respondió: 'Aquí tienes a tu siervo'.
Saúl le dijo: '¿Por qué conspiráis contra mí, tú y el hijo de Jesé? Tú le diste pan y una espada y consultaste por él al Señor para que se levantase contra mí, como hoy lo hace'.