No os neguéis el uno al otro esa obligación, a no ser de común acuerdo y por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; después volved de nuevo a juntaros, para que no os tiente Satanás si no podéis guardar continencia.
y para preguntar a los sacerdotes del templo del Señor todopoderoso y a los profetas lo siguiente: '¿Debo continuar guardando luto y ayunando el mes quinto como lo vengo haciendo tantos años?'.
David contestó: 'Seguro; siempre que salimos nos abstenemos de mujeres, aunque se trate de un viaje de carácter profano; con más razón hoy mis hombres están limpios'.
David le respondió: 'El rey me ha dado esta orden: Que nadie conozca la misión que te confío y la orden que te he dado. Por eso he dado cita a mis hombres en tal lugar.