Saúl repuso: 'Decid a David: El rey no quiere dote, sino cien prepucios de filisteos para venganza de los enemigos del rey'. Saúl tramaba hacer caer a David en manos de los filisteos.
David huyó de Nayot de Ramá, fue a ver a Jonatán y le dijo: '¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi falta? ¿Qué crimen he cometido contra tu padre para que atente contra mi vida?'.
Llevaron la cabeza de Isbaal a David, a Hebrón, y dijeron al rey: 'Aquí tienes la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, que buscaba tu ruina. El Señor ha vengado hoy a mi señor, el rey, de Saúl y de su descendencia'.