Pasados unos días, Pablo dijo a Bernabé: 'Volvamos a visitar a los hermanos por todas las ciudades en que anunciamos la palabra del Señor, a ver cómo están'.
miel, manteca y queso, carneros y toros, que ofrecieron a David y a su gente para que comieran; porque se dijeron: 'El pueblo ha sufrido hambre, fatiga y sed en el desierto'.
David llegó adonde estaban los doscientos hombres que, por encontrarse muy cansados, no habían podido seguirle y se habían quedado en el arroyo Besor. Ellos salieron al encuentro de David y de la tropa que le acompañaba. David se acercó a ellos y les saludó.