El Señor dijo a Samuel: 'No consideres su aspecto ni su alta estatura, porque yo lo he descartado. El hombre no ve lo que Dios ve; el hombre ve las apariencias, y Dios ve el corazón'.
Y les dijo: 'Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que se estima tanto entre los hombres, no tiene valor alguno ante Dios.
Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, sírvele con todo tu corazón, con ánimo bien dispuesto, porque el Señor escudriña los corazones de todos y penetra sus más secretos pensamientos. Si tú lo buscas, él se dejará encontrar; pero si tú lo abandonas, él se retirará para siempre.
Pues los ojos del Señor recorren toda la tierra para sostener a cuantos le sirven de todo corazón. Tú has obrado como un insensato, por lo cual a partir de ahora vivirás en guerra'.
¡Señor omnipotente que juzgas con justicia, que ves los sentimientos y los pensamientos, haz que yo vea tu venganza sobre ellos, pues en tus manos he dejado mi causa!
y a sus hijos los voy a herir de muerte; de este modo todas las Iglesias sabrán que soy yo el que penetra los sentimientos y los pensamientos, y os daré a cada uno según sus obras.
No había en todo Israel un hombre que fuese tan celebrado por su belleza como Absalón. Desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza no había defecto alguno en él.
¡Pero tú, Señor omnipotente, que juzgas con justicia y ves los sentimientos y los pensamientos, haz que yo pueda ver tu venganza contra ellos, porque a ti he confiado mi causa!