El Señor te mandó a esta expedición y te ordenó: Anda y destruye a esos pecadores amalecitas, y hazles la guerra hasta acabar con ellos.
El Señor es una muralla para el hombre de vida íntegra, pero una ruina para los criminales.
¿No es para el injusto la desgracia, y la desventura para los agentes de maldad?
Tus descendientes volverán acá a la cuarta generación, pues hasta entonces no se colmará la maldad de los amorreos'.
Los habitantes de Sodoma eran unos malvados y grandes pecadores contra el Señor.
La desventura persigue al delincuente, la felicidad acompaña al justo.
Nosotros somos judíos de nacimiento, y no pecadores paganos;
Después llegaron a la fuente de la justicia, o sea Cades, y ocuparon todo el territorio de los amalecitas y el de los amorreos, que habitaban en Jasesón Tamar.
Anda, castiga a Amalec y destruye sin piedad todas sus cosas; mata hombres y mujeres, mayores y pequeños, bueyes y ovejas, camellos y asnos'.