Venid, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; si fueren rojos cual la púrpura, se volverán como la lana.
Al clamor de los que salen a los abrevaderos, allí se celebran las gestas del Señor, las gestas de su dominio en Israel. (El pueblo del Señor bajó a las puertas).