Cuando terminó de profetizar, entró en su casa.
Uno de ellos dijo: '¿Y quién es su padre?'. Por eso quedó como proverbio: 'También Saúl anda entre los profetas'.
Un tío suyo les dijo a él y al mozo: '¿Dónde habéis ido?'. Él respondió: 'A buscar las asnas; y como no las veíamos, fuimos a Samuel'.