En presencia del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él para hacer habitar su nombre, allí te regocijarás tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad.
La carne del sacrificio de reconciliación ofrecido en acción de gracias deberá comerse el día mismo en que se ofrece, sin dejar nada para el día siguiente'.