El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído. Dios es amor; y el que está en el amor está en Dios, y Dios en él.
Mas tú, Señor, misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor y de lealtad,
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor es de Dios; y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
Nada más, hermanos. Vivid alegres; buscad la perfección, animaos unos a otros, vivid en armonía y en paz, y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
Señor, tú que eres bueno y que perdonas, lleno de piedad para los que te invocan,
Pero Dios, rico en misericordia, por el inmenso amor con que nos amó,
Éste es el mensaje que le hemos oído a él y os anunciamos a vosotros: Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
El que permanece en él, no peca; el que peca, ni le ha visto ni le ha conocido.
El que afirma que está en la luz y odia a su hermano está aún en las tinieblas.
El que afirma que le conoce, pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él.
Porque nuestro Dios es fuego devorador.
En esto se distinguen los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es de Dios, ni el que no ama a su hermano.
