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Referencias Cruzadas

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1 Juan 3:20

Biblia Martin Nieto

en que, si alguna vez nuestra conciencia nos acusa, Dios está por encima de nuestra conciencia y lo sabe todo.

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23 Referencias Cruzadas  

Yo, el Señor, escruto el corazón, sondeo las entrañas para dar a cada cual según su conducta, según el fruto de sus obras.

Y no hay criatura alguna que esté oculta ante ella, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos dar cuenta.

No me siento culpable de nada; pero no por esto quedo justificado, porque quien me juzga es el Señor.

Hijos míos, vosotros sois de Dios, y lo habéis vencido. Porque el que está en vosotros es más grande que el que está en el mundo.

Si un hombre se oculta en escondrijo, ¿no le veré yo acaso? -dice el Señor-. ¿Es que los cielos y la tierra no los lleno yo? -dice el Señor-.

Pues -te respondo- en esto te equivocas, ya que Dios es muy superior al hombre.

Por tercera vez le preguntó: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?'. Pedro se entristeció porque le había preguntado por tercera vez si lo amaba, y le respondió: 'Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo'. Jesús le dijo: '¡Apacienta mis ovejas!'.

y a sus hijos los voy a herir de muerte; de este modo todas las Iglesias sabrán que soy yo el que penetra los sentimientos y los pensamientos, y os daré a cada uno según sus obras.

Has puesto nuestras faltas ante ti, nuestras culpas secretas a la luz de tu rostro,

pues está pervertido y, al perseverar en su pecado, se está condenando a sí mismo.

Me aferraré a mi justicia y no la soltaré; mi corazón no tendrá que avergonzarse de mis días.

Al oír estas palabras, se fueron uno tras otro, comenzando por los más ancianos, y se quedó Jesús solo, con la mujer allí en medio.

Dios, al hacer la promesa a Abrahán, no teniendo otra persona mayor por quien jurar, juró por sí mismo,

Ellos, enfurecidos con estas palabras, querían matarlos.

¿Quién será el que condene? Cristo Jesús, el que murió, mejor dicho, el que resucitó, el que está a la diestra de Dios y el que intercede por nosotros.

En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia delante de él:

Queridos míos, si nuestra conciencia no nos acusa, podemos estar tranquilos ante él.




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