1 Juan 3:2

Biblia Martin Nieto

Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal y como es.

Referencias Cruzadas

Filipenses 3:21

el cual transformará nuestro cuerpo lleno de miserias conforme a su cuerpo glorioso en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas.

Colosenses 3:4

Cuando Cristo se manifieste, él que es vuestra vida, entonces vosotros también apareceréis con él en la gloria.

2 Corintios 3:18

Y todos nosotros, con la cara descubierta, reflejando como en un espejo la gloria del Señor, nos transformamos en su misma imagen, resultando siempre más gloriosos, bajo el influjo del Espíritu del Señor.

1 Corintios 13:12

Ahora vemos como por medio de un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de una manera imperfecta; entonces conoceré de la misma manera que Dios me conoce a mí.

Romanos 8:29

Porque aquellos que de antemano conoció, también los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Salmos 17:15

Yo, y esto es justicia, contemplaré tu rostro, al despertarme me saciaré de tu presencia.

1 Corintios 15:49

Y así como llevamos la imagen del terrestre, llevaremos también la del celeste.

Apocalipsis 22:4

verán su cara y llevarán su nombre en la frente.

2 Pedro 1:4

Por ellos hemos entrado en posesión de las más ricas y preciosas promesas para hacernos así partícipes de la naturaleza divina, una vez que hayamos escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de las pasiones.

1 Corintios 2:9

Pero como dice la Escritura: Lo que el ojo no vio, lo que el oído no oyó, lo que ningún hombre imaginó, eso preparó Dios para los que le aman.

1 Juan 3:1

Mirad qué gran amor nos ha dado el Padre al hacer que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos de verdad. Si el mundo no nos conoce, es porque no le ha conocido a él.

Gálatas 4:6

Y como prueba de que sois hijos, Dios ha enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba, Padre!

Romanos 8:18

Estimo, en efecto, que los padecimientos del tiempo presente no se pueden comparar con la gloria que ha de manifestarse en nosotros.

Gálatas 3:26

Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

Juan 17:24

Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.

Mateo 5:8

Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

1 Juan 2:28

Ahora, hijos míos, permaneced unidos a Cristo, para que, cuando él venga, podamos sentirnos seguros y no nos avergoncemos de encontrarnos lejos de él en su venida.

Hebreos 9:28

así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados del mundo, aparecerá una segunda vez, sin pecado, para dar la salvación a los que le esperan.

2 Corintios 4:17

Pues el peso momentáneo y ligero de nuestras penalidades produce, sobre toda medida, un peso eterno de gloria

Job 19:26

y luego, de mi piel de nuevo revestido, desde mi carne a Dios tengo que ver.

1 Juan 5:1

El que cree que Jesús es el mesías, ha nacido de Dios; el que ama al que da el ser, ama también al que ha nacido de Dios.

Salmos 31:19

enmudezcan los labios mentirosos, que hablan al justo con insolencia, con arrogancia y con desprecio.

Isaías 56:5

yo les daré en mi casa, entre mis muros, un memorial y un nombre mejor que hijos e hijas; un nombre eterno les daré, que nunca más se borrará.

Salmos 16:11

Me enseñarás el camino de la vida, plenitud de gozo en tu presencia, alegría perpetua a tu derecha.

Malaquías 3:2

¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién subsistirá cuando aparezca? Será como el fuego del fundidor y como la lejía de las lavanderas.

Lucas 17:30

Así sucederá el día en que el hijo del hombre se manifieste.

Lucas 20:36

Ya no pueden morir, pues son como los ángeles, hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.

Juan 1:12

A todos los que lo reciben, / a los que creen en su nombre, / les da el ser hijos de Dios; /

Juan 11:52

y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

Romanos 8:16

El mismo Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

Romanos 8:19

Porque la creación está aguardando en anhelante espera la manifestación de los hijos de Dios,

1 Juan 2:7

Queridos míos, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento viejo, que tenéis desde el principio: el mandamiento viejo es la palabra que habéis oído.

1 Juan 3:10

En esto se distinguen los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es de Dios, ni el que no ama a su hermano.

1 Juan 3:21

Queridos míos, si nuestra conciencia no nos acusa, podemos estar tranquilos ante él.

Apocalipsis 2:28

así he recibido también yo este poder de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana.