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Referencias Cruzadas

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1 Juan 3:10

Biblia Martin Nieto

En esto se distinguen los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es de Dios, ni el que no ama a su hermano.

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26 Referencias Cruzadas  

El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

Queridísimo, no imites el mal, sino el bien. El que hace el bien ha nacido de Dios; el que hace el mal, no ha visto a Dios.

Éste es el mandamiento que hemos recibido de él: que el que ame a Dios, ame también a su hermano.

Vosotros sois hijos del diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, pues no hay verdad en él. Cuando dice mentira, habla según su propia naturaleza, porque es mentiroso y padre de la mentira.

El campo es el mundo. La buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno.

El que es de Dios acepta las palabras de Dios. Vosotros no las aceptáis porque no sois de Dios'.

Pero vosotros amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar remuneración; así será grande vuestra recompensa y seréis hijos del altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y con los malvados.

Pero nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios nos escucha; y el que no es de Dios no nos escucha. En esto distinguimos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.

Sed imitadores de Dios, como hijos muy amados.

En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: en que amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.

Si sabéis que él es justo, reconoced también que el que practica la justicia ha nacido de él.

'Embustero, malvado hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿cuándo vas a cesar de hacer tortuosos los rectos caminos del Señor?

Nosotros sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo está en poder del maligno.

Absalón no dirigió la palabra a Amnón, ni para bien ni para mal, pues lo odiaba por haber violado a su hermana Tamar.

A todos los que lo reciben, / a los que creen en su nombre, / les da el ser hijos de Dios; /

y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

No debáis nada a nadie; amaos unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la ley.

Pero, por encima de todo, tened amor, que es el lazo de la perfección.

El fin de esta recomendación es establecer el amor, que procede de un corazón puro, de una conciencia buena y de una fe sincera.

Mirad qué gran amor nos ha dado el Padre al hacer que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos de verdad. Si el mundo no nos conoce, es porque no le ha conocido a él.

Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal y como es.




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