Pues, aunque corporalmente me hallo ausente, en espíritu me encuentro en vuestra compañía, complaciéndome al ver la disposición inquebrantable de vuestra fe en Cristo.
Nosotros, hermanos, en este breve espacio de tiempo que hemos estado separados de vosotros, aunque espiritualmente no lo hemos estado, hemos sentido un deseo todavía más vivo de volver a veros.
Lo dije entonces, en mi segunda visita, y lo vuelvo a decir ahora, lejos de vosotros, a los que pecaron antes, como a todos los demás; cuando vuelva no andaré con miramientos,