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Referencias Cruzadas

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1 Corintios 5:1

Biblia Martin Nieto

Es cosa pública entre vosotros la deshonestidad, y tal deshonestidad que no se encuentra ni entre los paganos, hasta el punto de convivir uno con la mujer de su padre.

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32 Referencias Cruzadas  

Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte'.

Ya le he dado tiempo para que se arrepienta, pero ella no quiere convertirse de su lujuria.

Por tanto, destruid todo lo que hay de terrenal en vuestro cuerpo: la lujuria, la impureza, las pasiones, los apetitos desordenados y la avaricia que es una idolatría;

En lo que se refiere a la lujuria y a toda clase de impureza o avaricia, que ni siquiera se nombre entre vosotros, como debe ser entre creyentes;

no las tendrás tampoco con la concubina de tu padre, pues es la misma carne de tu padre;

Ahora bien, las obras de la carne son bien claras: lujuria, impureza, desenfreno,

Y es que Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a vivir en la santidad.

y que, cuando llegue, me humille mi Dios por causa vuestra y tenga que llorar por muchos que antes pecaron y no se han arrepentido de la impureza, de la lujuria y el desenfreno a que se entregaron.

Huid de la lujuria. Cualquier otro pecado cometido por el hombre queda fuera del cuerpo, pero el pecado de lujuria daña al propio cuerpo.

'Los manjares para el estómago y el estómago para los manjares'. Pero Dios exterminará ambas cosas. El cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor, para el cuerpo.

¿Es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis; ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los invertidos,

Lo que os decía es que no trataseis con el que presume de cristiano y es lujurioso, avaro, idólatra, calumniador, borracho o ladrón; con éstos, ni comer.

abstenerse de la fornicación, de comer sangre y carne sacrificada a los ídolos o de animales ahogados. Haréis bien en guardaros de estas cosas. Adiós'.

sino escribirles que se abstengan de las contaminaciones de los ídolos, de la fornicación, de comer sangre o carne de animales ahogados.

¡Ah, qué bien conoces el camino para buscar el amor! Así también al camino del mal te has acostumbrado.

Así pues, si os escribí no fue por el que causó la ofensa ni por el ofendido, sino para que manifestaseis vuestro interés por nosotros delante de Dios.

Os digo esto, hermanos míos, porque los de Cloe me han informado de que hay discordias entre vosotros.

porque aplastan contra el polvo de la tierra la cabeza de los necesitados y no hacen justicia a los pobres; porque hijo y padre se acuestan con la misma mujer, profanando mi santo nombre;

Y no sólo has seguido su conducta y has imitado sus prácticas detestables, sino que te has comportado peor que ellas en todo tu proceder.

¡Maldito el que peque con la mujer de su padre y atente contra el derecho de su padre! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!

en ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se fuerza a la mujer en la menstruación.

Hijos de Rubén, primogénito de Israel. (Rubén era, en efecto, el primogénito; pero cuando profanó el lecho de su padre pasó el derecho de la primogenitura a los hijos de José, hijo de Israel, y perdió la primogenitura.

David entró en su palacio, en Jerusalén. Y el rey tomó a las diez concubinas que había dejado para guardar el palacio y las puso bajo su guardia. Él proveyó a su sustento, pero no volvió a tener relaciones con ellas, y estuvieron encerradas, como viudas, hasta el día de su muerte.

Plantaron en la terraza una tienda de campaña para Absalón, y Absalón se acostó con las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.

No, hijos míos, no es bueno lo que oigo de vosotros; vosotros hacéis pecar al pueblo del Señor.

El hombre que se acuesta con la mujer de su padre, deshonra a su propio padre; los dos serán castigados con la muerte; caiga su sangre sobre ellos.

Impetuoso como las aguas, no serás el primero porque subiste al lecho de tu padre y profanaste mi cama.

Sigue la historia de Jacob. José tenía diecisiete años cuando iba a apacentar el rebaño con sus hermanos, los hijos de Bihl_ y de Zilpa, mujeres de su padre. Y José contó a su padre la mala fama que tenían sus hermanos.

Y mientras vivía en esta tierra, Rubén fue y se acostó con Bihlá, la concubina de su padre, de lo cual se enteró Israel. Los hijos de Israel fueron doce.

Pues bien, si alguno ha causado tristeza, no sólo me la ha causado a mí, sino -en cierto modo, para no exagerar- a todos vosotros.




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