Hermanos, no seáis como niños en vuestros pensamientos; sed como niños en lo que se refiere al mal, pero como hombres adultos en vuestra manera de pensar.
Hermanos, si un hombre es sorprendido en alguna falta, vosotros, hombres de espíritu, corregidle con amabilidad. Ten mucho cuidado, pues tú también puedes ser puesto a prueba.
Pero él, volviéndose, le dijo: '¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres un obstáculo para mí, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres'.