Rut se fue al campo e hizo exactamente lo que Noemí le había mandado.
Querido jovencito: Atiende a tu padre cuando te llame la atención, y muestra respeto cuando tu madre te enseñe.
Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Jesús les diga.»
»Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así podrán vivir muchos años en el país que les voy a dar.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les mando.
Rut le respondió a su suegra: —Haré todo lo que tú me mandas.
Después de que Booz terminó de comer y beber, se fue a acostar junto al montón de cebada; estaba muy contento. Cuando se quedó dormido, Rut se acercó a él con mucho cuidado, y se acostó a su lado.
Ester no decía de qué pueblo ni de qué raza era ella, porque Mardoqueo le había pedido que no se lo dijera a nadie.