Cuando Rut volvió a la casa, Noemí le preguntó: —¿Cómo te fue, hija mía? Rut le contó a su suegra todo lo que Booz había hecho por ella,
Booz le pidió a Rut que extendiera su capa, y en ella puso más de cuarenta kilos de cebada. Después la ayudó a ponerse la carga en el hombro, y regresó a Belén.
y agregó: —Booz me dio toda esta cebada y me dijo: “No debes regresar a la casa de tu suegra con las manos vacías”.