Pido a Dios que les permita casarse otra vez y formar un nuevo hogar. Noemí se despidió de ellas con un beso, pero Orfá y Rut empezaron a llorar y
Un día, Noemí habló con Rut, su nuera: —Hija mía, me siento obligada a buscarte esposo. Quiero que tengas tu propio hogar y que vivas feliz.
Todos comenzaron a llorar, y abrazaron y besaron a Pablo.
Luego José besó a todos sus hermanos y lloró con ellos; fue en ese momento cuando sus hermanos se atrevieron a hablarle.
Todavía no habían caminado mucho cuando Noemí les dijo: —Mejor regresen a vivir con sus familias. Que Dios las trate bien, como ustedes me han tratado a mí y trataron a mis hijos.
a decirle: —¡No queremos separarnos de ti! ¡Por favor, déjanos ir contigo y vivir entre tu gente!
¡Lo que has hecho es una locura! ¡Ni siquiera un beso me dejaste darles a mis hijas y a mis nietos!