«Un campesino salió a sembrar trigo. Mientras sembraba, unas semillas cayeron en el camino. La gente que pasaba por allí las pisoteaba, y los pájaros se las comían.
Las semillas que cayeron en el camino representan a los que escuchan las buenas noticias, pero luego viene Satanás y hace que olviden todo lo que oyeron.
»Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
A los malvados de este mundo que desprecian tus enseñanzas no los quieres tener cerca; los tratas como a basura. De nada les sirve hacer planes malvados; yo, en cambio, obedezco tu palabra.