Ellos fueron a ver a Jesús y le dieron el mensaje. Además, le rogaron: «Por favor, haz lo que te pide este capitán romano. Merece que lo ayudes, porque es un hombre bueno.
’Sin embargo, en Sardes hay algunas personas que no han hecho lo malo. Por eso, andarán conmigo vestidos con ropas blancas, símbolo de victoria y santidad, pues se lo merecen.
Cuando el capitán oyó hablar de Jesús, mandó a unos jefes de los judíos para que lo buscaran y le dijeran: «Por favor, venga usted a mi casa y sane a mi sirviente.»