6 (7) Como el sacerdote no tenía ninguna otra clase de pan, le dio a David el que se ofrendaba a Dios. Era el pan que acababan de quitar del altar para poner uno nuevo y caliente.
Entraron en la casa de Dios y comieron el pan sagrado. Ni a David ni a sus compañeros les estaba permitido comer ese pan. Solo los sacerdotes podían comerlo.