Traten a los demás como les gustaría que los demás los trataran a ustedes.
»Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque eso nos enseña la Biblia.
Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.»
Y el segundo mandamiento en importancia es parecido a ese, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.”
Si alguien les pide algo, dénselo. Si alguien les quita algo, no le pidan que lo devuelva.