Entonces Jesús les dijo: «Hoy se ha cumplido ante ustedes esto que he leído.»
Pero Dios ya había anunciado, por medio de sus profetas, que el Mesías tendría que sufrir, y así ocurrió.
Así se cumple en ellos lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías: “Esta gente, por más que escuche, nunca entenderá; y por más que mire, nunca verá.
»Ustedes estudian la Biblia con mucho cuidado porque creen que así alcanzarán la vida eterna. Sin embargo, a pesar de que la Biblia habla bien de mí,
Jesús cerró el libro, lo devolvió al encargado y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga se quedaron mirándolo.
Todos hablaban bien de Jesús, pues se admiraban de lo agradables que eran sus enseñanzas. La gente preguntaba: —¿No es este el hijo de José?