Ellos dijeron: —Ya no necesitamos más testigos. Nosotros lo hemos oído de sus propios labios.
Entonces todos le preguntaron: —¿Así que tú eres el Hijo de Dios? Jesús les dijo: —Ustedes mismos lo han dicho.
Luego, todos los de la Junta Suprema se pusieron de pie y llevaron a Jesús ante Pilato, el gobernador romano.