Pedro y Juan fueron y encontraron todo tal como Jesús les había dicho. Enseguida prepararon la cena de la Pascua.
El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán para siempre.
Los dos discípulos fueron al pueblo y encontraron el burro, tal como Jesús les había dicho.
Abraham confió en Dios, y por eso obedeció cuando Dios le ordenó que saliera de su tierra para ir al país que le daría, aun cuando no sabía hacia dónde iba.
Entonces María les dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Jesús les diga.»
Jesús le contestó: —¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?
Él les mostrará una sala grande y arreglada en el piso de arriba. Preparen allí todo lo necesario.
Cuando llegó la hora, Jesús y sus discípulos se sentaron a la mesa.