No importa si en un solo día te hace muchas maldades; si él te pide perdón, perdónalo.»
Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.»
Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos hacen mal.
Jesús terminó diciendo: «Lo mismo hará Dios mi Padre con cada uno de ustedes, si no perdonan sinceramente a su hermano.»
Si no te hace caso, llama a uno o dos seguidores míos, para que te sirvan de testigos. La Biblia enseña que toda acusación debe hacerse frente a dos o más testigos.
Pero ahora yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los maltratan.
Los apóstoles le dijeron al Señor: —Haz que confiemos más en el poder de Dios.