Jesús expulsó a un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el hombre empezó a hablar. La gente estaba asombrada por lo que hizo Jesús,
los que no pueden andar saltarán como venados, y los que no pueden hablar gritarán de alegría. »En medio del árido desierto brotará agua en abundancia; en medio de la tierra seca habrá muchos lagos y manantiales; crecerán cañas y juncos donde ahora habitan los chacales,
Jesús se quedó admirado al escuchar la respuesta del capitán. Entonces le dijo a la gente que lo seguía: —¡Les aseguro que, en todo Israel, nunca había conocido a alguien que confiara tanto en mí como este extranjero!