Toda la gente estaba afuera, esperando a Zacarías, y se preguntaba por qué no salía del templo.
Jesús se quedó admirado al escuchar la respuesta del capitán. Entonces le dijo a la gente que lo seguía: —¡Les aseguro que, en todo Israel, nunca había conocido a alguien que confiara tanto en mí como este extranjero!
Entonces Judas tiró las monedas en el templo, y fue y se ahorcó.
Pero como no me creíste, no vas a poder hablar hasta que suceda lo que te dije.
Cuando Zacarías salió, no podía hablar y solo hacía señas con las manos. Entonces la gente comprendió que Zacarías había tenido una visión.