Él les contestó: —Ya les dije lo que hizo, pero ustedes no me hacen caso. ¿Para qué quieren que les repita lo mismo? ¿Acaso también ustedes quieren ser sus seguidores?
—Dinos, ¿eres tú el Mesías? Él les contestó: —Si les dijera que sí, ustedes no me creerían.
Una cosa es cierta: ahora es cuando los que viven alejados de Dios me oirán a mí, que soy su Hijo. Si me obedecen, tendrán la vida eterna.
Volvieron a preguntarle: —¿Qué hizo? ¿Cómo fue que te sanó?