Confiar en el Hijo de Dios es creer en lo que Dios ha dicho. Pero el que no cree en Dios lo hace pasar por mentiroso, porque no ha creído lo que Dios mismo ha dicho acerca de su Hijo Jesucristo.
Los jefes judíos volvieron a llamar al que había sido ciego, y le dijeron: —Júranos por Dios que nos vas a decir la verdad. Nosotros sabemos que el hombre que te sanó es un pecador.