Caminamos como ciegos, tocando la pared; tropezamos en pleno mediodía como si fuera de noche; aunque parezcamos tener vida, en realidad estamos muertos.
Por eso les dijo: —Ustedes sabrán quién es en realidad el Hijo del hombre cuando me cuelguen de una cruz. También sabrán que no hago nada por mi propia cuenta, sino que solo digo lo que mi Padre me ha enseñado.