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Referencias Cruzadas

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Juan 8:11

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Ella le respondió: —Así es, Señor. Nadie me ha condenado. Jesús le dijo: —Tampoco yo te condeno. Puedes irte, pero no vuelvas a pecar.

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27 Referencias Cruzadas  

Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla.

Más tarde, Jesús encontró a ese hombre en el templo, y le dijo: «Ahora que estás sano, no vuelvas a pecar, porque te puede pasar algo peor.»

Ustedes juzgan como todos los demás, pero yo no juzgo a nadie.

»De la misma manera, hay más alegría allá en el cielo por una de estas personas que se vuelve a Dios, que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan volverse a él.»

Yo vine a invitar a los pecadores para que regresen a Dios, no a los que se creen buenos.

Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón.

»Aunque te reconozcas culpable, y prometas no volver a pecar,

Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo que ustedes hacen. Pero no vayan a pensar que lo que hacen no tiene importancia. Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad.

¡De ninguna manera! Y si ustedes no cambian su manera de vivir ni obedecen a Dios, de seguro morirán.

»De la misma manera, los ángeles de Dios hacen fiesta cuando alguien se vuelve a Dios.»

Jesús le respondió: —Yo no soy como los reyes de este mundo. Si lo fuera, mis ayudantes habrían luchado para que yo no fuera entregado a los jefes de los judíos.

¡Cómo no íbamos a hacer una fiesta y alegrarnos por el regreso de tu hermano! Es como si hubiera muerto, pero ha vuelto a vivir; como si se hubiera perdido, pero lo hemos encontrado.”»

¡De ninguna manera! Y si ustedes no cambian su manera de vivir ni obedecen a Dios, también morirán.»

Isaías dijo: «Ahora es el momento oportuno: ¡busquen a Dios!; ¡llámenlo ahora que está cerca!

Allí hablarán con los sacerdotes y con quien en ese momento sea el juez, y les explicarán lo sucedido. Ellos decidirán qué hacer con el culpable.

»Dios le dará ciudades a cada tribu, y en cada ciudad se nombrarán jueces y autoridades, que deberán tratar a todos por igual. Gobernarán y juzgarán al pueblo con honestidad, y no aceptarán ninguna clase de soborno. Los sobornos hacen que una persona sabia y sincera se vuelva injusta.

Recuerden que nuestro Señor Jesucristo nos trata con paciencia, para que podamos ser salvos. Ya nuestro querido compañero Pablo les ha escrito acerca de esto, y fue Dios mismo quien se lo explicó.

A mí no me toca juzgar a los que no son de la iglesia. Ya Dios los juzgará. Pero ustedes sí deben juzgar a los de la iglesia, y hacer lo que dice la Biblia: «Echen lejos de ustedes al pecador.»

Después, se fueron a otro pueblo.




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