Algunos de los que vivían en Jerusalén empezaron a preguntar: «¿No es este al que andan buscando para matarlo?
No digan que algo está mal solo porque así les parece. Antes de afirmar algo, deben estar seguros de que así es.
Pues ahí está, hablando con la gente; ¡y nadie le dice nada! ¿No será que nuestros gobernantes creen de verdad que él es el Mesías?