Poco después llegó Simón Pedro, y entró en la tumba. También él vio las vendas,
Entonces el discípulo favorito de Jesús le dijo a Pedro: «¡Es el Señor Jesús!» Cuando Simón Pedro oyó que se trataba del Señor, se puso la ropa que se había quitado para trabajar, y se tiró al agua.
Ella le preguntó a Pedro: —¿No eres tú uno de los seguidores de ese hombre? —No, no lo soy —respondió Pedro.
Se inclinó para ver dentro de la tumba, y vio las vendas, pero no entró.
y vio además que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús ya no estaba con las vendas, sino que la habían enrollado y puesto aparte.