”Perdona nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal. ”Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti.”
Sé que Dios es un juez justo y que, cuando juzgue a todos, me dará una corona como premio a mi obediencia. Y no solo a mí me la dará, sino también a todos los que esperan con ansias su regreso.
También ha enviado a su ángel para librarme de muchos peligros. Yo le pido que bendiga a estos dos muchachos. Que por medio de ellos sea recordado mi nombre, el nombre de mi abuelo Abraham y el de mi padre Isaac. ¡Que tengan muchos hijos!»
Pero yo he pedido a Dios que te ayude, para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás. Cuando eso pase, ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mí.