Nadie muestra más amor que quien da la vida por sus amigos.
Yo soy el buen pastor. El buen pastor está dispuesto a morir por sus ovejas.
Deben amar a los demás, así como Cristo nos amó y murió por nosotros. Para Dios, la muerte de Cristo es como el delicado aroma de una ofrenda.
»Amigos míos, no tengan miedo de la gente que puede quitarles la vida. Más que eso no pueden hacerles.
Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores.
Pero nosotros sabemos lo que es el amor, porque Jesucristo dio su vida por nosotros. Así también nosotros, debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos en Cristo.