Entonces Felipe le dijo: —Señor, déjanos ver al Padre. Eso es todo lo que necesitamos.
»Hasta ahora les he hablado por medio de ejemplos y comparaciones. Pero se acerca el momento en que hablaré claramente acerca de Dios el Padre, y ya no usaré más comparaciones.
Yo, por mi parte, he de quedar satisfecho cuando me declares inocente. ¡Despertar y verme en tu presencia será mi mayor alegría!
Entonces orarás a Dios, y lo verás cara a cara; Dios te brindará su favor y te hará justicia.
Dios bendice a los que tienen un corazón puro, pues ellos verán a Dios.
2 (3) ¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu grandeza!
Natanael le preguntó: —¿Cómo es que me conoces? Jesús le respondió: —Me fijé en ti cuando estabas bajo la higuera, antes que Felipe te llamara.