cortaron ramas de palmera y salieron a encontrarlo, gritando: «¡Sálvanos, Dios nuestro! ¡Bendito el que viene de parte de Dios! ¡Bendito sea el Rey de Israel!»
y con ellas cantaban el canto de Moisés, dedicado al Cordero. Decían: «Señor, Dios todopoderoso, todo lo que tú haces es grande y maravilloso. »Tú eres el Rey del mundo, todo lo que haces es justo y correcto.
Después de esto vi a mucha gente de todos los países, y de todas las razas, idiomas y pueblos. ¡Eran tantos que nadie los podía contar! Estaban de pie, delante del trono y del Cordero, vestidos con ropas blancas. En sus manos llevaban ramas de palma,
Después de esto, se arrepentirán. Cuando llegue el tiempo del fin, volverán a obedecer a Dios y pedirán sus bendiciones, y también seguirán el ejemplo del rey David.
Pero la gente gritó: —¡Clávalo en una cruz! ¡Clávalo en una cruz! Pilato les preguntó: —¿De veras quieren que mate a su rey? Y los sacerdotes principales le respondieron: —¡Nosotros no tenemos más rey que el emperador de Roma!