Jesús no había llegado todavía a la casa, sino que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado.
Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa.
Después de decir esto, Marta llamó a María y le dijo en secreto: «El Maestro ha llegado, y te llama.»
María se levantó enseguida y fue a verlo.