Cuando Dios creó todas las cosas, allí estaba la Palabra.
Cuando Dios comenzó a crear el cielo y la tierra,
Antes de que todo comenzara, ya existía aquel que es la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Todo fue creado por la Palabra, y sin la Palabra nada se hizo.
»Hay días en que quisiera no acordarme más de ti ni anunciar más tus mensajes; pero tus palabras arden dentro de mí; ¡son un fuego que me quema hasta los huesos! He tratado de no hablar, ¡pero no me puedo quedar callado!