y él les dijo: «¡Síganme! ¡Con la ayuda de Dios venceremos a los moabitas!» Los israelitas lo siguieron, y se apoderaron del paso del río Jordán que lleva a Moab, y no dejaron pasar a nadie.
Para que los de Efraín no pudieran escapar, los de Galaad se quedaron vigilando las partes menos profundas del río Jordán. Cuando algún fugitivo de Efraín se acercaba para cruzar el río, los de Galaad le preguntaban: «¿Eres de la tribu de Efraín?» Si aquel respondía que no,
Salieron al anochecer, antes de que cerraran el portón de la ciudad, y no sé a dónde iban. Si ustedes salen ahora mismo a perseguirlos, seguro que podrán alcanzarlos.