5 (6) »Me había hundido por completo. El mar me cubría todo, y las algas se enredaban en mi cabeza.
Estuve a punto de ahogarme; ¡creí que había llegado mi fin!
2 (3) Mi vida corría peligro, y él me libró de la muerte; me puso sobre una roca, me puso en lugar seguro.
»Cuando vean a los ejércitos rodear la ciudad de Jerusalén, sepan que pronto será destruida.
8 (9) Dios mío, ¡enséñame a hacer el bien! ¡Llévame por el buen camino, pues no quiero que mis enemigos triunfen sobre mí!