Cuando Cristo estuvo aquí en el mundo, oró mucho a Dios, y con lágrimas le rogó que lo librara de la muerte, pues Dios tenía poder para hacerlo. Y como Cristo siempre fue obediente, Dios contestó su oración.
Los hombres estuvieron a punto de apedrear a David, pues le echaban la culpa de que los amalecitas se hubieran llevado a sus mujeres y a sus hijos. Sin embargo, David confiaba en que Dios podía ayudarlo, así que se animó
Así como Jonás estuvo dentro del gran pez tres días y tres noches, así yo también, el Hijo del hombre, estaré dentro de la tumba tres días y tres noches.
1 (2) Tú, Dios mío, eres mi defensor; ¡respóndeme cuando te llame! Siempre que tengo problemas, me ayudas a salir de ellos; ¡compadécete de mí, y escucha mi oración!
»En el reino de la muerte hay un gran alboroto: los muertos han despertado y salen a recibir al rey de Babilonia. Todos los reyes que allí están se levantan de sus tronos y salen a su encuentro.
Te hundirás en lo más profundo de la tierra. Allí, en ese mundo de ruinas, te harán compañía los que murieron hace tiempo. ”Jamás volverás a ser reconstruida. Nadie volverá a vivir en ti.
”De ahora en adelante, ningún árbol crecerá tan alto ni volverá a tocar el cielo con sus ramas. Aunque esté bien regado y crezca junto a muchos ríos, al final caerá a lo más profundo de la tierra. ¡Morirá como mueren todos!