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Referencias Cruzadas

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Jonás 1:5

Biblia Traducción en Lenguaje Actual

Cada uno de los marineros, temblando de miedo, llamaba a gritos a su dios. Ya desesperados, arrojaron al mar toda la carga del barco para quitarle peso. Mientras tanto, Jonás dormía plácidamente en la bodega del barco.

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22 Referencias Cruzadas  

Entonces ellos tomaron el toro que les dieron, lo prepararon y oraron a su dios desde la mañana hasta el mediodía. Le decían: «¡Baal, contéstanos!» Los profetas de Baal saltaban alrededor del altar que habían construido. Pero no se escuchó ninguna voz ni nadie respondió nada.

”¿Y dónde están esos dioses que ustedes mismos se fabricaron? ¡Que vengan ellos a salvarlos cuando se encuentren en peligro! ¡Al fin y al cabo, ustedes tienen más dioses que ciudades!

‘Reúnanse y acérquense. Hay gente ignorante que carga ídolos de madera y ora a dioses que no pueden salvar. ’Esa gente no entiende nada.

3 (4) Llegó a un lugar donde había una cueva. Allí los pastores acostumbraban encerrar sus ovejas, y allí también estaban escondidos David y su gente. Saúl entró en la cueva para hacer sus necesidades.

Dalila hizo que Sansón se durmiera recostado en su falda, y mandó llamar a un hombre para que le cortara las siete trenzas. Después comenzó a maltratarlo,

y todos comimos lo que quisimos. Luego los marineros tiraron el trigo al mar, para que el barco quedara más liviano.

Luego volvió Jesús a donde estaban los tres discípulos y les dijo: «¿Todavía están durmiendo? Ya vienen los malvados para apresarme a mí, el Hijo del hombre.

Jesús regresó de nuevo a donde estaban los tres discípulos, y otra vez los encontró completamente dormidos, pues estaban muy cansados.

»Como el novio tardó mucho en llegar, a las diez muchachas les dio sueño y se durmieron.

Al ver lo sucedido, los marineros reconocieron al Dios de Israel como su Dios, le presentaron una ofrenda y prometieron seguir adorándolo.

Desesperados, los marineros gritaron: «¡Dios! ¡Por favor, no nos dejes morir por matar a un hombre inocente! No nos culpes de su muerte, pues eres tú, Dios mío, quien ha querido hacer todo esto».

El capitán se le acercó y le dijo: —¡Qué haces aquí, dormilón! ¡Levántate y pide ayuda a tu dios! ¡Tal vez nos salve al ver que estamos en peligro!

En sus camas lloran de dolor, y se hacen heridas a propósito, pero sus oraciones no son sinceras; lo hacen para pedirme buenas cosechas, pero siguen siendo rebeldes.

El ángel acusador le contestó: —¡Mientras a uno no lo hieren donde más le duele, todo va bien! Pero si de salvar la vida se trata, el hombre es capaz de todo.

Dios dio una orden, y vino un fuerte viento que levantaba grandes olas.

¡Que lo alaben el rayo y el granizo! ¡Que lo alaben la nieve y la neblina! ¡Que lo alabe el viento tempestuoso que obedece sus órdenes!

hoy todo lo ganamos, mañana todo lo perdemos; hoy todo lo guardamos, mañana todo lo tiramos;




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