»Ustedes, los sacerdotes, que sirven a Dios en el altar, pónganse ropa de luto y pasen la noche llorando, pues ya nadie trae al templo ofrendas de vino y de cereales.
¡Que vengan los sacerdotes, los servidores de Dios! Que se paren ante el altar, y con lágrimas en los ojos oren de esta manera: “¡Dios nuestro, perdona a tu pueblo! ¡No permitas que las naciones nos desprecien y nos humillen! No permitas que con tono burlón nos pregunten: ‘¿Dónde está su Dios?’”
10 (9) »Por montañas y desiertos los haré llorar y se oirán sus lamentos. Las praderas quedarán desiertas, pues ya nadie pasará por ellas. Ya no se oirán los mugidos del ganado, y desaparecerán por completo las aves del cielo y los animales del campo.
¿Son servidores de Cristo? Yo lo soy más todavía, aunque sea una locura decirlo. Yo he trabajado más que ellos, he estado preso más veces, me han azotado con látigos más que a ellos, y he estado más veces que ellos en peligro de muerte.
En todo lo que hacemos, demostramos que somos servidores de Dios, y todo lo soportamos con paciencia. Hemos sufrido y tenido muchos problemas y necesidades. Nos han dado latigazos.
Ahora Dios nos ha preparado para que anunciemos a todos nuestro nuevo compromiso con él. Este nuevo compromiso no se apoya en la ley, sino en el Espíritu de Dios. Porque la ley condena a muerte al pecador, pero el Espíritu de Dios da vida.
Ustedes saben que los que trabajan en el templo viven de lo que hay en el templo. Es decir, que los que trabajan en el altar del templo, comen de los animales que allí se sacrifican como ofrenda a Dios.
»Ustedes serán llamados “Sacerdotes de Dios”, “Fieles servidores de Dios”. Disfrutarán de las riquezas de las naciones y se adornarán con sus magníficas joyas.
y yo enviaré a dos profetas para que anuncien mi verdadero mensaje. Los enviaré vestidos con ropa áspera, para que anuncien profecías durante esos tres años y medio.»
12 (17) ¡Llora de dolor, hombre mortal! ¡Golpéate con rabia el pecho, porque esta espada matará a mi pueblo! Todos los jefes de Israel y todos los israelitas están condenados a muerte.