ya se han secado los viñedos, las higueras, los granados, las palmeras, los manzanos y todos los árboles del campo; ¡la gente misma ha perdido la alegría!
»Ya no habrá en los campos alegría ni alboroto; ya no se oirá el canto de los que recogen las uvas ni la alegría de los que hacen el vino. ¡Se acabaron las canciones y los gritos de alegría!
3 (2) ¡Dios nuestro, tú nos has llenado de alegría! Todos nos alegramos en tu presencia, como cuando llega la cosecha, como cuando la gente se reparte muchas riquezas.
Cuando llegaron a un arroyo, cortaron un racimo de uvas tan grande y pesado que tuvieron que cargarlo entre dos. Los otros llevaron granadas e higos. El racimo que allí cortaron los israelitas era tan grande que a ese arroyo le pusieron por nombre Escol, que significa «racimo».
Además, alejaré de sus campos las plagas de insectos que destruyen sus cosechas y sus viñedos. Tendrán entonces un país muy hermoso, y todas las naciones los considerarán muy dichosos. Yo soy el Dios todopoderoso, y les juro que así lo haré.