También vio salir del río otras siete vacas, flacas y feas, las cuales se pararon junto a las primeras siete vacas.
Y de repente, ¡las flacas y feas se comieron a las gordas y bonitas! En ese momento el rey se despertó.
De pronto vio que del río salían siete vacas, gordas y bonitas, las cuales se ponían a comer el pasto que había a la orilla del río.
Tras ellas salieron otras siete vacas, muy flacas y feas. ¡Jamás vi vacas tan feas en todo Egipto!
Ya casi no como; tan flaco estoy que me tiemblan las rodillas.