Más tarde, Dios le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano? Y Caín le respondió: —No lo sé. ¡No tengo por qué cuidarlo!
Quien esconde su pecado jamás puede prosperar; quien lo confiesa y lo deja, recibe el perdón.
El padre de ustedes es el diablo, y ustedes tratan de hacer lo que él quiere. El diablo siempre ha sido un asesino y un gran mentiroso. Todo lo que dice son solo mentiras, y hace que las personas mientan.
12 (13) Dios sabe que ustedes han sufrido, y les hará justicia; Dios siempre atiende a los pobres cuando le piden ayuda.
Luego le llevaron la capa a Jacob, y le dijeron: —¡Mira lo que encontramos! Nos parece que es la capa de tu hijo.
Entonces Dios le dijo: —¿Por qué has matado a tu hermano? ¡Desde la tierra la sangre de tu hermano pide venganza! ¡Esto no puede dejarse sin castigo!
Judá entonces les dijo a sus hermanos: «No ganamos nada con matar a nuestro hermano, y luego tener que mentir acerca de su muerte.
13 (14) Dios mío, ¡compadécete de mí! ¡Fíjate en los que me odian! ¡Mira cómo me afligen! ¡No dejes que me maten!