Pero Dios llamó al hombre y le preguntó: —¿Dónde estás?
Más tarde, Dios le preguntó a Caín: —¿Dónde está tu hermano? Y Caín le respondió: —No lo sé. ¡No tengo por qué cuidarlo!
y le dijo: —Agar, esclava de Sarai, ¿qué haces aquí? ¿A dónde vas? Y ella le contestó: —Estoy huyendo de mi dueña.
Pero cuando Dios bajó a ver lo que estaban construyendo,
Los visitantes le preguntaron: —¿Y dónde está tu esposa? Abraham les respondió: —Está dentro de la tienda.
Guehazí entró en la casa y se presentó delante de Eliseo, quien le preguntó: —¿De dónde vienes, Guehazí? —No he ido a ningún lado —contestó Guehazí.